LA EXTINCIÓN DE LOS SAPITOS DE MONTAÑA (ATELOPUS) EN COLOMBIA.

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image Pareja de sapos Quimbaya. El macho, arriba, abraza a la hembra (amplexo axilar). Parque Regional Natural Ucumarí. Foto: Gustavo Kattan. 1996.

Colombia es uno de los países con mayor número de especies de anfibios en el mundo y al mismo tiempo concentra la mayor cantidad de especies en alguna categoría de riesgo de extinción de la IUCN. Las especies se clasifican en estas categorías de amenaza o riesgo de extinción con el fin de priorizar las acciones de conservación en las especies más amenazadas. La mayoría de especies están amenazadas por una combinación de factores como la pérdida de hábitat, contaminación, enfermedades infecciosas, cambio climático.

Uno de los grupos de anfibios más amenazados es el del género Atelopus o los sapitos arlequines. En Colombia existen 44 especies de Atelopus que se distribuyen a lo largo y ancho del país. La mayoría de especies están en las cordilleras y algunas pocas especies se encuentran en zonas húmedas bajas (e.g, el litoral Pacífico). Muchas de estas especies se conocen solo de unos pocos sitios y solo existen algunos individuos depositados en colecciones biológicas colombianas. Estas colecciones albergan información muy importante de la diversidad de especies de anfibios colombianos y nos permiten determinar el peligro de extinción de una especie en particular.

En el año 2008 y siendo parte del equipo del programa Colombia de Wildlife Conservation Society (WCS-Colombia) empezamos a compilar información sobre la diversidad y el estado de conservación de los anfibios colombianos en la región central de los Andes colombianos (Figura 1). Gracias a la fundación Mohamed Bin Zayed (MBZ), logramos conseguir fondos para evaluar el estado de conservación de tres especies de sapitos arlequines (Atelopus quimbaya, A. chocoensis, y A. pictiventris) en esta región de los Andes.

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Figura 1. Distribución de especies en peligro crítico de extinción en la región central de los Andes de Colombia (en rojo). En verde están identificadas las áreas protegidas de nivel nacional y regional para esa región

Con este proyecto pudimos hacer visitas regulares al campo en las localidades históricas y otras localidades aledañas dentro de la distribución histórica de estas especies. En algunos sitios fue más difícil hacer trabajo de campo por cuestiones de orden público y algunos problemas logísticos. Después de varias visitas al campo no pudimos detectar ninguna población de ninguna de las tres especies. Sin embargo, el tiempo invertido en campo (i.e., el esfuerzo de muestreo) para buscar individuos de Atelopus pictiventris y A. chocoensis fue mucho menor que el invertido en A. quimbaya (Figura 2).

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Figura 2. Localidades históricas del sapo Quimbaya en la cuenca del río Otún y el río Quindío (puntos azules). Las líneas rojas representan los transectos establecidos para buscar poblaciones no detectadas del sapo Quimbaya

Después de discutir con otros colegas (Gustavo Gonzalez, William Cardona, Gustavo Kattan y Sandra Victoria Flechas), que nos compartieron información valiosa sobre declives poblacionales y esfuerzos de muestreo en la región, llegamos a la conclusión que la especie está probablemente extinta en vida silvestre en Colombia. El artículo técnico donde reportamos estos resultados fue publicado en la Revista Latinoamericana de Herpetología.

POSIBLES CAUSAS DE LA EXTINCIÓN EN EL SAPO QUIMBAYA

Nosotros sospechamos que una serie de factores interactuando entre sí a diferentes escalas espaciales y temporales pudieron ser los causantes de la extinción del sapo Quimbaya. La evidencia a la mano es poca pero pudimos compilar una gran cantidad de información disponible en la literatura.

Para nosotros el principal sospechoso del declive es la trucha arco iris (1). Esta es una especie invasora que fue introducida en la región desde más o menos 1950 y actualmente está distribuida de manera amplia en la región andina (Figura 3). Esta especie invasora consume una gran cantidad de presas y probablemente ejerció una presión fuerte de depredación sobre los renacuajos y los huevos del sapo Quimbaya. El sapo Quimbaya pone (o ponía) sus huevos en quebradas pequeñas y ahí los renacuajos eclosionan y se terminan de desarrollar en estos sitios. No sabemos muy bien como la trucha ha colonizado estas pequeñas quebradas o riachuelos y el impacto en otras poblaciones y comunidades de anfibios en los Andes.

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Figura 3. Distribución de algunas de las truchícolas en la región (círculos). Las cruces son los sitios donde se han reportado declives poblacionales de anfibios

También consideramos que la presencia del hongo patógeno quítridio (Batrachochytrium dendrobatidis) probablemente fue causante del colapso poblacional de esta especie. Este hongo es considerado el principal responsable de un sinnúmero de declives poblacionales y extinciones locales de anfibios alrededor del mundo (2,3). Nos hace falta más trabajo de campo para saber exactamente como este hongo pudo haber ocasionado el declive poblacional en el sapo Quimbaya. Al compilar la información de otros declives poblacionales probablemente asociados al hongo quítridio se puede observar que la distribución geográfica es amplia en la región (Figura 4).

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Figura 4. Localidades históricas del sapo Quimbaya en la cuenca del río Otún y el río Quindío (puntos azules). Las líneas rojas representan los transectos establecidos para buscar poblaciones no detectadas del sapo Quimbaya

Esperamos que otros entusiastas de los anfibios en Colombia se animen a evaluar el estado de conservación de las demás especies de Atelopus. Muchas de estas especies no se han vuelto a ver en los últimos 30 años y es posible que también hayan corrido con la misma suerte que el sapo Quimbaya. Es necesario visitar estas localidades históricas lo antes posible con el fin de detectar esas poblaciones y empezarles a hacer seguimientos rigurosos.

FORTALECIMIENTO DE CAPACIDADES LOCALES

Con este proyecto tuvimos la oportunidad de generar una estrategia para fortalecer las capacidades técnicas en aspectos de manejo de poblaciones anfibios en vida silvestre. En este sentido, desarrollamos una serie de talleres para capacitar a funcionarios de algunos parques y/o santuarios del Sistema Nacional de Parques de Colombia y asociaciones comunitarias en la región. Los talleres consistían en que los funcionarios y las personas de la comunidad local aprendieran algunas técnicas básicas de captura y manejo de anfibios, diseños básicos de muestreos y estimaciones básicas de abundancia poblacional.

Le agradecemos mucho a los funcionarios del Santuario de Fauna y Flora Otún-Quimbaya, Parque Nacional Natural Farallones, Parque Nacional Natural Ensenada de Utría, Parque Nacional Natural de los Katios, la Asociación Comunitaria Yarumo Blanco en Pereira-Risaralda, los jóvenes del Grupo Ecológico Herederos de la Serranía de la Corporación Serraniagua en El Cairo-Valle del Cauca por la participación activa en los talleres.

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Escrito por: Julián A. Velasco y Diego Gómez Hoyos.