LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES Y EL CONFLICTO POTENCIAL CON LA CONSERVACIÓN BIOLÓGICA EFECTIVA Y OTRAS CUESTIONES

13 minute read

Published:

image .center[Source: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hippo_Trophy-2.jpg]

Cada día crece el número de personas preocupadas por el estado de la biodiversidad a nivel global, regional y local. Esta concienciación creciente sobre la importancia de la biodiversidad, no solo desde el punto de vista intrínseco sino social, cultural y económico, nos ha llevado a empezar a pensar de forma seria en la necesidad de hacer conservación de forma efectiva. Es bastante claro que la ciencia ha contribuido muchísimo a generar estos consensos dentro de la comunidad ambientalista. Sin embargo, no deberíamos olvidar que los esfuerzos de conservación nacen en su mayoría del interés genuino de la sociedad por mantener en el largo plazo lo que le gusta ver en su entorno, comer y/o usar.

Una de las premisas básicas de la ciencia de la conservación biológica (biología de la conservación) es el mantenimiento de poblaciones viables (i.e., aquellas que se mantienen en el largo plazo por sí mismas) en determinados sitios. De esta forma, buscamos como biólogos lograr un entendimiento de los factores subyacentes con esta estabilidad en el mediano y largo plazo. Y es bastante claro que dentro de la biología los individuos de las diferentes especies de animales son entidades efímeras por lo que tanto su nacimiento como su muerte hace parte de un proceso natural y lo que nos interesa es entender los destinos de estas poblaciones y los procesos ecológicos que emergen a estas escalas de la organización biológica. Los individuos pueden morir por diferentes factores, ya sea por predación, parasitismo, hambre, o conflicto con otros individuos de la misma especie u otras especies. Las poblaciones fluctúan de manera natural, es decir, tienen nacimientos y muertes que responden a factores ambientales e incluso a eventos azarosos (e.g., huracanes). Nos interesa como conservacionistas asegurarnos que se mantengan tamaños mínimos viables de esas poblaciones y así asegurar que las especies no se extingan. Nuestro interés es evitar la pérdida de biodiversidad, entendida como la pérdida no solo de especies sino de sus roles ecológicos y su historia evolutiva.

Las comunidades locales que hacen uso directo de estos recursos naturales (e.g., comunidades campesinas e indígenas) han comenzado a tener un interés genuino en que estos recursos no se agoten debido a prácticas no sostenibles. Es aquí donde nosotros como científicos de la conservación usando nuestras herramientas de trabajo (e.g., técnicas de muestreo, análisis estadísticos, modelación ecológica) podemos acompañar a estas comunidades locales en el desarrollo de programas de conservación y uso sostenible de estos recursos naturales. El creciente interés de algunos sectores de las sociedades (e.g., animalistas) por impulsar agendas legislativas para considerar a los animales como sujetos de derechos jurídicos es problemático por varias razones. Intentaré explicar algunas consecuencias en los ámbitos sociales y científicos de porqué un fallo judicial en esta vía perjudicaría considerablemente nuestro propio bienestar humano.

Investigación biológica

Los científicos nos hemos puesto más o menos de acuerdo en el cálculo de las especies de animales que existen sobre la Tierra. Recientemente se ha logrado estimar una cifra de al menos 8.7 millones de especies, de las cuales 2.2 millones serían especies marinas, que existirían en la superficie terrestre (Mora et al. 2011). Las especies que hemos registrado para la ciencia a lo largo de 200 años de trabajo individual y colaborativo son cerca de 1.5-2 millones. A partir de esto, estimamos que no conocemos entre el 80 y 90 por ciento de las especies, las cuales permanecen sin catalogar. El proceso de descripción de una especie implica realizar colectas científicas de especímenes en diferentes localidades. Estas colectas son imprescindibles puesto que es necesario registrar a detalle tanto externo como interno las características únicas de estas especies y hacer las comparaciones con sus parientes más cercanos. Esto es lo que conocemos como taxonomía y es la base fundacional de toda la ciencia biológica y la ciencia de la conservación de la biodiversidad. Sin especies no tenemos nada. El sacrificio de estos animales se hace bajo los más estrictos estándares éticos logrando reducir al mínimo el sufrimiento animal.

Enfermedades infecciosas emergentes

Cuando los animalistas piensan en derechos de animales no nos queda muy claro a cuáles especies se refieren de las casi 9 millones que potencialmente habitan en la Tierra. Dentro del reino Animal tenemos una variedad impresionante de organismos que van desde gusanos planos parásitos, zancudos, pulgas, ácaros, anélidos (lombrices y sanguijuelas), ratones, culebras, pepinos de mar, esponjas y corales. El movimiento animalista tiende a pensar que los únicos animales que existen son los que son útiles para nuestra especie (e.g., perros, gatos, vacas, caballos, cerdos, cabras, aves de corral) y desconoce la gran diversidad de organismos del reino Animal que los biólogos y naturalistas han descubierto. Esta propuesta de considerar a los animales como sujetos de derechos jurídicos llevada al extremo impediría incluso que se pueda hacer control sobre aquellos que transmiten enfermedades infecciosas. La salud animal tanto de mascotas como animales silvestres está íntimamente relacionada con la salud humana. La mayoría de brotes de enfermedades infecciosas emergentes (e.g., Zika, Ébola, Peste, etc.) son transmitidas tanto por animales silvestres como mascotas y es bastante obvio que la legislación que se pretende discutir haría imposible hacer control y vigilancia epidemiológica para evitar la emergencia de estos brotes y por lo tanto la pérdida de vidas humanas. Las actividades de control y monitoreo de salud se llevan a cabo manipulando animales (e.g., haciendo extracción de sangre y tejidos en animales silvestres, de corral y mascotas) y en muchos casos en necesario hacer sacrificios de animales (e.g., colecta de zancudos, animales enfermos). Esta manipulación es hecha por profesionales de la veterinaria y la biología siguiendo directrices de ética animal. Sin embargo, es necesario pensar en las consecuencias inmediatas en el caso que la legislación colombiana fallara a favor de otorgarles estos derechos a los animales. Por ejemplo, supongamos que se presenta un brote de peste (una enfermedad mortal) que es ocasionada por la bacteria Yersinia pestis que es transmitida por ratas (comensales y silvestres) y pulgas (Xenopsylla cheopis). El control de enfermedades estándar implica la erradicación de las ratas, y por lo tanto las pulgas, en los diferentes focos de infestación. Si los animales son sujetos de derechos es difícil prever los procesos jurídicos necesarios para legislar sobre si es legal o no proceder al exterminio de estos animales y así evitar más muertes humanas. Este es un panorama que nos debería preocupar no solo a los biólogos sino a los veterinarios y profesionales de la salud humana.

Uso sostenible de la biodiversidad

Muchas comunidades locales en Colombia, y en muchos otros países del mundo, han logrado subsistir a partir de la explotación de recursos naturales con diferentes fines. Las comunidades de pescadores artesanales del Pacífico colombiano han lograr cubrir algunas de sus necesidades bas a partir de la pesca y extracción de recursos pesqueros a pequeñas escalas (e.g., peces, moluscos, crustáceos). En las comunidades afrodescendientes del Pacífico colombiano donde se realiza la extracción de la piangua (Andara tuberculosa y Andara similis), un consorcio de instituciones como el INVEMAR, ASCONAR, WWF Colombia, Universidad del Valle, Parques Nacionales han ejecutado proyectos aprovechamiento sostenible y conservación de estos recursos pesqueros (Delgado et al. 2010). De igual forma, diferentes organizaciones comunitarias de pescadores de bagre rayado (Pseudoplatystoma magdaleniatum) en el Magdalena han comenzado a desarrollar propuestas de conservación de esta especie en peligro de extinción de la mano de organizaciones de conservación como la Fundación Humedales y otras ONGs (Valderrama et al. 2014). La agenda legislativa que se propone en el mediano y largo plazo no les permitiría a estas comunidades hacer uso de estos recursos y los condenaría a buscar su sustento de formas que nunca lo han hecho. Como profesionales de la biología interesados en la conservación de la diversidad biológica nunca hemos condenado el aprovechamiento de recursos naturales per se, siempre hemos estado atentos a evaluar la forma como se hacen estos aprovechamientos. Es claro que nos faltan información para generar estrategias de uso sostenible de los recursos pesqueros pero esto no debería ser una excusa para considerar que los animales tienen derechos “inalienables” y por lo tanto no podemos promover un uso sostenible de ellos.

El papel de los zoológicos en la conservación

Los zoológicos son considerados uno de los últimos bastiones que tenemos los conservacionistas para evitar la extinción de especies de animales. Actualmente los zoológicos tienen dos funciones principales: 1) cautiverio para actividades de divulgación y concienciación acerca del papel del hombre como motor de extinción y declive de especies en sus hábitats naturales y 2) cautiverio para investigación con fines de re-introducción de especies. En la primera se busca que el público pueda tener un contacto visual con los animales y crear conciencia acerca de la pérdida de especies. Por lo general, los animales de exhibición provienen de confiscaciones a traficantes y animales accidentados que se han logrado recuperar. En este sentido, la importancia del zoológico es lograr crear conciencia de la importancia de la conservación en el público. Considero que si no logramos que las personas vean lo que estamos tratando de conservar probablemente es muy difícil lograr que ellas se interesen más en este tipo de problemáticas. En la segunda función, los zoológicos no tienen equivalente con ninguna otra institución puesto que tiene las herramientas y el talento humano para lograr la reproducción de especies que se han extinguido o están por extinguirse en vida silvestre. Sin estos reservorios naturales es imposible pensar en acciones de re-introducción en los sitios donde estas especies ya no se encuentran. Las personas que abanderan la agenda en pro de los derechos de los animales no han pensado seriamente en las consecuencias que tendría para la conservación de la biodiversidad si evitamos que los zoológicos realicen sus tareas sin ningún inconveniente. Por ejemplo, es claro el papel que han jugado los zoológicos colombianos en la conservación de especies carismáticas como el cóndor andino (Vultur gryphus) y el oso de anteojos (Tremarctos ornatus).

Investigación biomédica

Los animales han sido esenciales para el desarrollo de la investigación médica por siglos. En los últimos años, la investigación médica ha logrado avances sobresalientes en el desarrollo de vacunas, antídotos y medicamentos a partir de la investigación con animales en cautiverio. La especie de ratón doméstico (Mus musculus), la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) y el gusano plano (Caenorhabditis elegans) han sido modelos de estudios en biología y medicina por décadas. Estas especies se crían muy bien en cautiverio por lo que han sido usadas ampliamente en experimentación biológica y médica relacionada con trastornos genéticos, cáncer, farmacología, ensayos clínicos de vacunas, y otras muchísimas aplicaciones. Su papel en el avance de la medicina moderna no tiene comparación con los métodos de investigación biomédica no basados en animales (e.g., Clarke 2002; Leung et al. 2008; Mohr 2018). Por ejemplo, la investigación médica basada en uso de ratones de laboratorio ha logrado incrementar las tasas de supervivencia en diferentes tipos de cáncer.

Estas son algunas de las razones por las que creemos que la legislación en pro de los derechos de los animales podría generar varios conflictos con muchos sectores de la sociedad que hacen uso de estos recursos para diferentes fines (e.g., pesca y cacería de subsistencia, cría de animales de corral para consumo humano, conservación biológica e investigación biomédica). La legislación ética en pro de buenas prácticas para el manejo y tenencia de los animales en cautiverio se ha dado en otros países y probablemente es hacia donde debe ir la discusión más que a la prohibición.

Gracias a David Chapeta y Daniel Osorio por los comentarios sobre el texto. Todos los errores son míos.

Referencias

  • Clarke (2002). Mice make medical history. Nature. DOI: 10.1038/news021202-10

  • Delgado, M.F., Gualteros, W., Espinosa, S., Lucero, C., Roldan, A.M., Zapata, L.A., Cantera, J.R., Candelo, C., Palacio, C., Muñoz, O., Mayor, G., Gil-Agudelo, D.L. 2010. “Pianguando - Estrategias para el manejo de la piangua” (Cartilla). INVEMAR, ASCONAR, WWF Colombia, Universidad del Valle, UAESP-NN – PNN Sanquianga; Co-financiado por el Ministerio de Agricultura. Serie de publicaciones generales INVEMAR No. 45. Cali, Colombia. 20p.

  • Leung, M. C., Williams, P. L., Benedetto, A., Au, C., Helmcke, K. J., Aschner, M., & Meyer, J. N. (2008). Caenorhabditis elegans: an emerging model in biomedical and environmental toxicology. Toxicological sciences, 106(1), 5-28.

  • Mohr, S. E. (2018). First in fly: Drosophila Research and Biological Discovery. Harvard University Press, Cambridge, Massachusetts.

  • Mora, C., Tittensor, D. P., Adl, S., Simpson, A. G., & Worm, B. (2011). How many species are there on Earth and in the ocean? PLoS biology, 9(8), e1001127.

  • Valderrama, M., Hernández, S., Pardo, R., Barreto, C., Contreras, P.J. Alonso, J.C. & Larrahondo, M. 2014. Propuesta hacia la ordenación pesquera del Bagre Rayado Pseudoplatystoma magdaleniatum en la Cuenca Magdalena-Cauca. Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca AUNAP, 44 p.