LA DIVERSIDAD DE REPTILES EN COLOMBIA ¿CUÁNTAS Y DÓNDE?
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Una de las frases clichés probablemente más conocidas y difundidas por biólogos y conservacionistas es la de Colombia como un país megadiverso. Aunque esta frase es cierta y se utiliza mucho para resaltar la importancia de nuestro país en términos de diversidad biológica es posible que no tengamos una idea muy precisa de qué tan diverso, en términos numéricos, es nuestro país.
Cuando hablamos de diversidad biológica en un contexto informal básicamente hacemos referencia al número de especies que han sido descritas formalmente y que se encuentran distribuidas a lo largo y ancho del territorio colombiano. Sin embargo, en muchos grupos de plantas y animales, por no hablar de hongos y bacterias, es difícil establecer estas cifras. Es posible que el desconocimiento de esta cifra exacta radique en tres aspectos algo relacionados. En primer lugar, la falta de expertos en taxonomía (i.e., la ciencia que se encarga de delimitar y nombrar a cada uno de los taxones) para los diferentes grupos de organismos. En segundo lugar, la falta de inventarios detallados a lo largo y ancho de la geografía nacional y que permite al menos generar listados de especies por sitio, municipios y departamentos. Y finalmente, la gran cantidad de especies por descubrir y describir ha impedido llegar a tener una cifra más o menos exacta.
En uno de los grupos más icónicos de vertebrados como son los reptiles, aún no tenemos una cifra actualizada del número de especies en Colombia. En noviembre del 2013, nos reunimos en la ciudad de Medellín un grupo de personas expertas en cuestiones de taxonomía, biogeografía y ecología de reptiles para tratar de generar una la lista de las especies vivientes de reptiles escamados (lagartijas, serpientes y tatacoas) en Colombia. Muchos se preguntarán aquí para que sirve saber cuántas especies hay en un país o región. Este conocimiento nos permite al menos solventar parcialmente una de las lagunas del conocimiento biológico más importantes: la laguna Linneana (en honor a Carl Linneaus, padre de la taxonomía). Esta laguna hace referencia a la discrepancia entre el número conocido de especies (especies formalmente descritas en la literatura técnica) y el número de especies que existen.
Aquí es necesario un poco de contexto antes de entrar en más detalles. Vamos a remitirnos a un estudio liderado por Camilo Mora, un biólogo colombiano (Mora et al. 2011), donde estimaron usando métodos basados en la jerarquía taxonómica y ley de potencia la cifra de especies terrestres y marinas. Este método usado por ellos es bastante sencillo pues utiliza el número de taxones descritos de cada jerarquía Linneana (e.g., Phylum, Reino, Clase, Familia, Género, Especie). A partir de listas de especies descritas (~ 1-1.5 millones), Camilo y sus colaboradores calcularon un total de ~8.7 millones de especies en la Tierra y ~2.2 millones en el océano. Con un simple cálculo es posible saber que solo el 11% de la totalidad de especies que existen actualmente se ha descrito formalmente. En otras palabras, la laguna Linneana del conocimiento es del 89%. Bastante trabajo nos queda por delante a los taxónomos antes de que muchas de esas especies se extingan y no podamos tener su registro.
Ahora bien, vamos a usar la misma lógica que usaron Camilo y su equipo, y que probablemente sea cuestionada duramente por muchos de mis colegas biólogos-herpetólogos, para estimar el número de especies de reptiles escamados en Colombia. Primero debemos establecer el número de especies descritas hasta el momento. La base de datos de reptiles del mundo [-The Reptilia Database-] (http://www.reptile-database.org/), nos da un número de 589 especies descritas para Colombia hasta la fecha (noviembre 2018), excluyendo Tortugas y Cocodrilos (~24 especies) (Figura 1). Usando la lógica de Camilo podríamos decir que este número representa el 11% de las especies actuales que existen en Colombia. ¡Es decir, nos faltaría por describir un total de 5499 especies de reptiles para el país! Como podemos ver la laguna Linneana es bastante grande y nos surgen varias preguntas al respecto:
¿Dónde buscamos esas especies “faltantes”? ¿Cuáles sitios tienen la mayor probabilidad de presentar especies no descritas anteriormente?
Figura 1. Número de especies descritas acumuladas por año de descripción para reptiles de Colombia. Fuente: Reptilia Database. Consulta 1 de Noviembre de 2018. |
Aquí volvemos a utilizar la información disponible proveniente de bases de datos globales que compilan información de colecciones de historia natural. Todos los registros individuales de cada especie de reptil que se haya colectado en Colombia y que se encuentre depositada en algún museo o colección de historia natural. Si queremos acercarnos al número de especies reales tenemos que invertir mucho dinero para ir al campo, colectar y analizar los especímenes colectados. La taxonomía no es como coleccionar estampillas y ponerle un nombrecito. Las especies para ser consideradas unidades taxonómicas reales deben ser descritas cuidadosamente y en comparación con las demás especies. Esto implica también colectar y analizar datos de ADN para corroborar su individualidad darwiniana (i.e., su estatus científico como especie).
Al hacer una búsqueda de los especímenes colectados y depositados en colecciones científicas nacionales e internacionales en el Global Biodiversity Information Facility (GBIF) nos da un número relativamente bajo (59,907) en comparación con otros países vecinos con menor área (e.g., Ecuador: 35,407; Panamá: 26,272). El número de colectas ha variado a través del tiempo y se observa un pico alrededor de los 70’s el cual coincide con las colectas que se hicieron a lo largo y ancho del país en un proyecto sobre malaria financiado por la Fundación Rockefeller (Figura 2).
Figura 2. Especímenes de reptiles colectados en Colombia a través del tiempo. Datos de GBIF. |
A partir de estos datos de GBIF podemos generar mapas de densidad o calor y evaluar los sitios donde se ha colectado con mayor esfuerzo de muestreo. La densidad de colectas científicas varía fuertemente a lo largo de la geografía, pero con algunos puntos de concentración en particular (Figura 3). Este mapa en particular nos podría servir de guía para direccionar futuras expediciones y maximizar recursos. En términos generales, sabemos que la región del piedemonte Andino-Amazónico es la más pobremente muestreada del país para reptiles. Las zonas con mayor densidad de colectas caen en la región circundante a la ciudad de Cali y los límites del departamento de Magdalena y Bolívar (Figura 3).
Figura 3. Mapa de densidad de colectas de reptiles en Colombia. Datos de GBIF. |
Una de las primeras especies de reptiles que fue descrita y que tiene presencia en Colombia es Alopoglossus angulatus. Esta pequeña lagartija fue descrita por Carl Linnaeus en 1758 y se encuentra en Colombia en los bosques húmedos de la Amazonia. En contraste, las últimas especies de reptiles descritas durante el 2017 y el 2018 fueron seis: Alopoglossus embera (lagartija), Anolis urraoi y Anolis dracula (lagartijas con abanico gular), Ninia teresitae (culebra), Oreosaurus serranus (lagartija) yTrachemys medemi (tortuga de agua dulce). En los últimos diez años se han descrito 42 especies de reptiles, varios de ellas endémicas para Colombia. El conocimiento sobre la taxonomía, sistemática, y distribución de las especies ha incrementado notablemente.
Finalmente, la diversidad de especies de reptiles descritas para Colombia, por sí sola, no nos dice mucho, pero podemos compararnos con otros países que son considerados megadiversos. A nivel global, Australia es el país con mayor diversidad de reptiles (1057 especies), seguido de México (936 especies). En comparación con nuestros vecinos, somos más diversos en este grupo de animales (Ecuador: 461; Venezuela: 402; Panamá 277; Perú: 487) con excepción de Brasil (799 especies). Esperemos que el conocimiento de nuestra diversidad de reptiles incremente en los años venideros y podamos incrementar notablemente nuestros números. Sin embargo, nos hace falta seguir colectando especímenes y seguir haciendo trabajo de taxonomía básica para poder cumplir esta meta.